En 2021, a Pablo Narvaja se le ocurrió lanzar un festival dedicado a la marimba, el instrumento de percusión con teclas de madera de origen colombiano y caribeño. Esa idea prosperó y desde esta noche a las 22, con entrada libre y gratuita, llegará su tercera edición en CiTá Abasto de Cultura (La Madrid 1.457).

La proyección nacional del encuentro se consolida con la presencia de grupos invitados de Buenos Aires y presencia local. Esta noche será el turno de Son del Mate, Eliana Cogliati, Diana Rodríguez y Dana Paz; y mañana debutará el ensamble Marimbatuc a las 20 y desde las 22 tocarán Marimbas del Oeste, Nico Peralta y Bollo con Chicha. Por la tarde se dictarán talleres.

“El objetivo principal de Marimbatuc es la divulgación de la marimba y de los artistas que la utilizan en sus producciones. Una novedad este año es que vamos a crear un ensamble propio, formado por estudiantes de Tucumán y dirigido por Mara Torres, con la colaboración de Adolfo Palomino”, destaca Narvaja.

Cogliati reivindicó la marimba. “Llegué al instrumento por suerte o por destino, venía de estudiar guitarra y jazz con énfasis en arreglo y composición en la Escuela de Música Contemporánea y para graduarme debía hacer dos conciertos en 2009. Quise hacer algo distinto con fusión y un compañero colombiano me hizo escuchar el ritmo del currulao y descubrí que fue lo que quería hacer”, evoca para LA GACETA.

- Fue el puntapié...

- Seguí estudiando e investigando y viajé a Colombia para aprender a tocarla. En principio era para pasarlo a la guitarra, pero me dí cuenta que me relajaba en vez de estresarme. Hay un trance, los sonidos y la inspiración me vienen desde los pies, no desde la cabeza.

- ¿Qué géneros interpretás?

- La marimba puede ir en cualquier género. Yo abordo los ritmos del Pacífico surcolombiano. Toco la marimba construída con madera de chonta, una palma de esa región. Mi grupo es Mango Viche, que es el resultado de mi investigación: compongo, arreglo, dirijo y toco, es mi principal proyecto. No hacemos los ritmos originales, sino que fusionamos con otros tradicionales y distintos instrumentos incluso vientos. Este grupo tiene formación tanto en Buenos Aires donde nació en 2015 como en Cali, y estoy terminando de grabar el primer álbum.

- ¿Qué sonoridad te aporta?

- Da una sensación muy acuática. Es muy cálida, muy dulce, de color afrolatino, muy linda, no deja de ser un instrumento rítmico que quizás sea más difícil de incorporar en lo más lento. Se puede usar en todo; integré grupos de electrónica, jazz, folclore tradicional, etcétera. Despierta el interés de ser un instrumento que se reconoce ante todo lo que está sonando.

- ¿Está creciendo su difusión?

- Está habiendo más difusión, me gusta porque los instrumentos de placa tenían un uso clásico, de conservatorio, pero como está circulando más en grupos por fuera de ese contexto, la gente empieza a tener más cercanía en general. Está vinculándose más a lo popular, aunque hay pocos lugares todavía para la enseñanza: su estudio está más vinculado al conservatorio, dentro de la carrera de percusión, en los vibráfonos. No hay nada independiente para aprender.

- ¿Hay interés entre los músicos para conocerlo?

- El interés por la marimba está siendo más accesible a partir de su incorporación en diferentes grupos, contextos y ritmos. De allí también la importancia del festival que está organizando Pablo, porque la Argentina no la tiene como instrumento tradicional folclórico y no es parte de sus ritmos. Esta clase de encuentros permite reconocer a los músicos marimberos del país y agruparlos, además de difundir las composiciones del mundo que la tienen de protagonista o como parte de una fusión. Es genial que suceda: sólo hay en Colombia, México y Guatemala.